La agente de Policía Local pudo mediar para conseguir el arma que mató a Carrasco
El quinto día tras el asesinato de tres disparos de la presidenta del PP y la Diputación, Isabel Carrasco, a manos de Montserrat González por una venganza personal ha deparado un nuevo y radical giro al conocerse que el grado de implicación de la agente de la Policía Local de León, Raquel Gago, amiga íntima de la hija de la asesina confesa, puede ser una pieza definitiva.
Según ha podido contrastar ileon.com, la policía Raquel Gago habría mediado entre un toxicómano de la ciudad de Gijón, que ya ha muerto, y Montserrat González para que ésta pudiera conseguir por una cantidad próxima a los 2.000 euros las dos armas que están implicadas en este caso: la Taurus 32 HR 38 que se disparó mortalmente por tres ocasiones contra Isabel Carrasco y la segunda arma que se encontró en el registro del domicilio de Triana Martínez, hija de Monsterrat y amiga íntima de la agente.
Las mismas fuentes consultadas explican que esa sospecha ya surgió en el intenso intertogatorio de más de cuatro horas al que fue sometida el pasado jueves la policía Raquel Gago ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 4 de León que lleva las diligencias previas y las respuestas de Gago no fueron todo lo claras que deberían ser para deshechar esta posibilidad.
De hecho, la sospecha de que haya ocurrido así viene a dar una explicación a un hecho hasta ahora incomprensible: la total libertad de movimientos que se le permitió después de que acudiera a Comisaría con el arma homicida que aseguró que su amiga Triana le había introducido en el coche la tarde del asesinato. Esa libertad que nadie entendía podría haber sido consciente por parte de los investigadores, para que permitiera hacer un concienzudo seguimiento de los movimientos de Raquel, sus llamadas y cualquier otro detalle que reforzara la sospecha de que el arma mortal fue conseguida, directa o indirectamente, por la funcionaria del Ayuntamiento de León.
Y otra decisión que refuerza esta hipótesis plausible es el hecho de que finalmente la jueza le atribuya a Raquel Gago la posible comisión de un delito de tenencia ilícita de armas, algo que sorprende cuando se trata de un agente de la autoridad con licencia para llevarlas.
