'Un hogar fuera del hogar'

Elena jugando en McDonald.

Marta Cuervo

Hoy Elena es una niña sana de 8 años, que juega y se divierte como cualquiera de su edad. Pero sí que hay algo que la diferencia del resto, y que comparte con todos los niños que, al igual que le tocó vivir a ella, han tenido la experiencia de alojarse en una casa Ronald. Porque en este caso, en el de los niños, la enfermedad 'es lo de menos'.

Para muchos la situación es grave, pero deciden vivir y aprovechar la experiencia que les ha tocado sin elección (una grave enfermedad) para conocer a otros niños en su situación, jugar y aprender cosas juntos, y sobre todo apoyarse en los días malos. Elena, que sufrió un neuroblastoma con once meses es consciente de que la vida le ha regalado una segunda oportunidad, y María Luisa, su madre, sabe que muchas de las fuerzas de las que se sirvió junto a su marido para sacar a su hija adelante pudo recargarlas gracias a la casa Ronald McDonald.

“La Casa es un segundo hogar; un hogar fuera de tu hogar. Un lugar donde por suerte, la gente que tenemos algún problema nos sentimos como en casa en momentos difíciles. La enfermedad de un hijo ya te desencaja, son enfermedades graves, y el desplazamiento, llegar a un sitio nuevo, en muchos casos dejando tu trabajo, es algo que se hace muy cuesta arriba. Todo se altera en tu vida, y encontrar la Casa constituye un remanso de paz, te lo dan todo. Tú sólo tienes que preocuparte de estar bien de salud y de ánimo”, expresa María Luisa.

La Casa Ronald McDonald de Barcelona se inauguró el día 11 de abril de 2002. Es la primera Casa que la Fundación Infantil Ronald McDonald ha construido en España (hay 336 casas distribuidas por todo el mundo) y está orientada a pacientes de oncología, y otros menores que se trasladan lejos de su residencia habitual para ser hospitalizados o recibir tratamiento médico de larga duración

Los expertos, especialistas y médicos aseguran que las Casas Ronald McDonald influyen positivamente en la recuperación de los niños

La Casa, está ubicada en un edificio dividido en dos plantas. En la planta superior se encuentran las 15 habitaciones para las familias, siendo una de ellas para personas con discapacidad. Las habitaciones cuentan con baño propio, así como un pequeño espacio de estancia y terraza y tienen capacidad para un máximo de 4 o 6 personas. Disponen de aire acondicionado y calefacción, totalmente independientes. Según relata María Luisa en la planta inferior hay una cocina muy grande, totalmente equipada, con varios mostradores para garantizar la total comodidad de las familias: “Tenemos lavavajillas, cocina, armarios, platos, vasos cubiertos.. todo lo que necesitamos. También compartimos una nevera cada dos familias. En la Casa no necesitas llevar ni sábanas, ni toallas, ni gel de ducha, nada, te lo dan todo; sólo necesitas salir a comprar para tu comida. Además, las casas cuentan con salas de televisión, de juegos, y de ordenadores”, asegura.

El sistema de alojamiento de una de las habitaciones es muy sencillo. “Tienes que llamar un par de días antes de la fecha que tienes la revisión o consulta, y si hay espacio, tienes derecho a ocuparla. En cambio, en cuanto a la salida de la familia de la Casa, una vez allí nadie te dice cuando te tienes que marchar, con estos pacientes no se sabe, porque los tratamientos se pueden alargar, o reducir. Hay gente que está dos años, tres... una semana.. Pero se convierte en tu casa. Permiten la estancia a los padres, a los abuelos, a los hermanos, incluso algunos están escolarizados cerca para que la familia esté junta.

María Luisa sólo encuentra buenas palabras para expresar su gratitud hacia esta iniciativa.

“Emocionalmente estás hecho polvo, y tener todas las necesidades cubiertas ayuda mucho; ya luchas contra la mitad de las adversidades. A mí cuando me invitaron a ir no quería, tenía miedo de ir a un sitio donde todo fueran niños enfermos. Al final fui y es todo lo contrario: todo el mundo te apoya porque sabe lo que estás pasando, sabe cómo puede ayudarte, cómo abordarte... levanta mucho el ánimo”, se sincera la mamá de Elena.

“La gente que dirige la casa, tiene una personalidad y un carácter que te ayuda en todo y organizan muchas actividades para padres y niños. El hecho de poder ir a dar un paseo y saber que hay un voluntario que se queda cuidando de tu hijo es muy gratificante. Si estás sola en un apartamento encerrada sin salir te mueres tú y tu hijo de la pena”, añade contundente.

Para María Luisa es muy importante la infraestructura de apoyo que se monta alrededor de los padres. “Los niños lo pasan mal, pero el padre se lleva el mayor sufrimiento”.

Elena, un ejemplo de superación que ayuda a otros niños

Ahora Elena está perfecta, sin lesiones. “Cuando voy a la Casa a veces me sentía egoísta porque que mi hija ahora entra jugando, no va con mascarilla y tiene pelo. Cuando se lo comenté a los directores de la Casa me dijeron que al contrario, que el hecho de ver que un niño que ha estado enfermo, como muchos de los que viven en la Casa ahora, pueda estar así, les da fuerzas. Es un estímulo positivo para ciertos padres”, reconoce María Luisa.

Con 11 meses Elena se quedó invalida y tenía muchos problemas de respiración. Fue entonces cuando la diagnosticaron el neuroblastoma. Pero gracias a una cirugía muy complicada consiguió superar la enfermedad. “Nos marchamos dos meses su padre y yo con ella a Barcelona, fue muy duro. La operaron y nos volvimos a León, con revisiones cada 15 días, después cada mes, luego cada medio año, y ahora cada año. Para Elena, y para nuestro hijo pequeño de 5 años, volver a la Casa Ronald McDonald es una excursión. Elena sabe que la tienen que pinchar, hasta ahora también la dormían, pero la ilusión de ir a la Casa, lo cura todo. Le estimula, la parte hospitalaria se le hace más suave. Dice: 'me van a pinchar, pero como voy a la Ronald me da igual”, recuerda su madre.

¿Cómo ayuda McDonald's?

La Casa Ronald McDonald constituye una asociación externa a McDonald's, aunque es su primer apoyo. Una de sus principales es el McHappy Day, que durante un día al año todo lo que se recauda por la venta de Big Mac se destina a la Fundación Infantil Ronald McDonald. Las urnas son otra de las ayudas que el restaurante ofrece, además de la contribución más importante, una ayuda anual que consiste en la entrega de un 1% de la venta de todos los días de todos los restaurantes del mundo para las casas de su país.

4 de febrero: Día internacional contra el Cáncer

El día 4 de febrero se celebra el Día Mundial de lucha contra el cáncer. Pero en la familia de María Luisa no se trata de una fecha especial, no más que el día a día que la familia disfruta unida y dando gracias por esta segunda oportunidad de la pequeña Elena. “Lo tenemos muy superado pero muy consciente. No hay un día sólo o más especial que me acuerde. Lo tengo presente siempre”.

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