La muerte de un ciclista reabre el debate sobre cómo circular en la ciudad

Foto de César

C.J. Domínguez

El accidente mortal ocurrido esta mañana en la carretera de Carbajal de la capital leonesa, con una colisión entre un turismo y una bicicleta que según ha confirmado la Policía Local atravesaba la calzada por un paso habilitado para bicicletas (pero no señalizado verticalmente, según denuncia la Asociación león en Bici), ha reabierto con dureza el debate y las habituales dudas sobre las prioridades que establecen para ellos las normativas de circulación, tanto el reglamento estatal como las normas municipales en vigor. Además de reabrir del debate sobre la señalización y diseño de la infraestructura para los vehículos de dos ruedas sin motor.

A expensas de que se apruebe y entre en vigor una nueva ordenanza municipal sobre peatones y bicicletas que sigue 'paralizada' por el retraso en las importantes modificaciones anunciadas en el Reglamento General de Circulación de la DGT, hay aspectos muy claros respecto a la prioridad que un ciclista puede y no puede tener cuando pasea por la capital.

Para empezar, hay que recordar la total prohibición para las bicis de circular por las aceras, de ningún tipo ni dimensión. Abundante jurisprudencia del Tribunal Supremo de grandes ciudades como Barcelona, Sevilla o Zaragoza amparan esta prohibición que no hace tanto el Ayuntamiento de León consentía. Lo que sí se permite hacer -y el Consistorio leonés asegura estar sopesando- es habilitar un espacio específico para el paso de bicis en determinadas aceras anchas, pero siempre que esté totalmente separada e identificada del lugar de tránsito de los peatones.

Para los pasos de peatones normales -sin que cruce además un carril bici-, la preferencia principal es de quien camina y en este caso los ciclistas tienen prohibido atravesar montados en sus vehículos, sino que deben apearse y cruzar igualmente a pie.

Sin embargo, en los pasos que al mismo tiempo son de bicis y de peatones, como el de la carretera de Carbajal en el que hoy murió el joven estudiante, ciclistas y caminantes comparten la misma prioridad frente a los vehículos de motor que transitan por la calzada, que en todo caso deben ceder el paso sin excepción alguna.

Zonas 30 y Casco Histórico

Por otro lado, en las abundantes Zonas 30 que en la ciudad obligan a los turismos a circular como máximo a 30 kilómetros por hora, el orden de las preferencias es el siguiente: la principal la tienen los peatones y en segundo lugar las bicicletas. Los vehículos a motor, a los que se obliga a rebajar mucho la velocidad del resto de la ciudad, quedan para la cola de las prioridades.

Algo idéntico ocurre dentro del Casco Histórico y en aquellas calles con tráfico de acceso restringido. En este caso, las ordenanzas municipales sólo especifican que de nuevo los peatones están por encima de todos los demás, pudiendo gozar de toda la prioridad. Las bicicletas no se mencionan expresamente, pero la lógica que se aplica en las Zonas 30 sirve también para considerar que los ciclistas también tienen preferencia frente a los vehículos de motor.

En cuanto a los carriles bici, que suman en la actualidad 22,7 kilómetros en total entre la capital leonesa y algunos municipios del alfoz, siempre la prioridad total corresponde lógicamente a las bicicletas pero si están correctamente señalizadas hay cruces de peatones convenientemente pintados que obligan al ciclista a detenerse ante el paso de cualquier caminante. Y en los polémicos cruces de carreteras, siempre la bici manda sobre el coche.

El problema llega cuando la señalización o el diseño de esos carriles bici no son todo lo correctos que deben ser. Esto es algo que criticaba precisamente hoy en una nota de prensa la Asociación León en Bici. Detalles como la ausencia de la señalización vertical en el punto donde murió el joven de 22 años no ponen las cosas fáciles para el vehículo más débil, que sin duda es la bici.

La Asociación León en Bici censura las peligrosas carencias

La Asociación denuncia que varios de los carriles bici de León “tienen un diseño muy peligroso, con numerosas intersecciones problemáticas y con escasa señalización”. Y exige “a las autoridades que hagan un esfuerzo para garantizar la seguridad de los ciclistas”, al tiempo que “les recriminamos que la inversión en seguridad tiene que crecer proporcionalmente con el aumento del uso de la bici”, que en el caso de León es “exponencial” en los últimos años.

“Desde León en Bici pedimos a los conductores que tomen conciencia de que la vulnerabilidad de los ciclistas. Que los vehículos de motor respeten y consideren a los ciclistas no es sólo una cuestión de cumplimiento de normas, educación y convivencia, sino que es realmente una cuestión de que se está jugando con la vida de las personas. A los usuarios de la bici les pedimos que sean muy prudentes y respeten las normas de circulación. Y animamos a todos y a todas a seguir con sus desplazamientos cotidianos en bicicleta porque cuantas más bicis haya en nuestras calles más seguras serán para todos”.

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