Por qué las compañías nos incluyen tan fácilmente en ASNEF

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ASNEF es el mayor archivo de morosos que existe actualmente. Una base de datos que acumula información personal de miles de personas que quizás ni tan siquiera sepan que tras ese recibo de internet que dejaron por pagar hace años, se esconde el origen de los problemas que hoy día tienen para cerrar ciertas operaciones comerciales o financieras.

Por desgracia, cada vez son más las personas que ven como ASNEF se convierte en un problema en sus vidas. No se trata de gente que haya hecho del fraude su profesión ni de morosos reincidentes. Son personas normales que han visto como dejar de pagar una simple factura ha sido motivo suficiente para que sus datos pasaran a engrosar los archivos de este fichero.

Cuando esto ocurre, muchas puertas se cierran sobre todo en el ámbito de la financiación. La banca tradicional rechaza sin miramientos las solicitudes de todos aquellos que tienen la desgracia de ver como sus datos han sido incluidos en el ASNEF. E incluso muchas compañías de banca online, especializadas en minicréditos y créditos rápidos, se muestran reacias a concederlos en estos casos.

Las grandes compañías

Lo cierto es que, en gran medida, todo esto sucede debido a que cada vez es mayor el trato del consumidor con macroempresas. Bancos, compañías eléctricas o de Telecomunicaciones tienden a agruparse creando corporaciones cada vez de mayor tamaño que gestionan millones de clientes, lo que hace inviable que pueda existir una comunicación cercana con éstos.

No nos engañemos, los teléfonos de atención tienen una utilidad limitada. Normalmente son atendidos por operarios con una muy poca maniobrabilidad, cuando no externalizados. En estos casos es aún mucho peor, ya que quien nos atiende ni siquiera pertenece a la compañía en cuestión y se limita a ejercer una función informativa.

Así pues, incluso en los casos en los que el consumidor puede estar en posesión de la razón, tiene muy poco margen para ejercer sus derechos. Las alternativas que se le ofrecen son las de pagar y presentar una reclamación posterior o la de recurrir a una asociación de consumidores.

Con un volumen tan elevado de clientes, es normal que el número de reclamaciones y quejas lo sea igualmente, por lo que estas macrocompañías no tienen capacidad de atenderlas con la atención que merecen. Como resultado, se impone la ley del más fuerte. Si el consumidor opta por no pagar lo que cree que no es justo, los servicios jurídicos de estas empresas ponen en funcionamiento su maquinaria.

Hay que considerar que estos servicios jurídicos son un coste fijo para estas grandes compañías, y tanto les da gestionar los expedientes de 1000 morosos como los de 10.000. Esa es su función, y por tanto no cabe esperar que nos den muchas facilidades de cara a conversar y solucionar el problema. Muchísimas personas se encuentran con que han sido incluidas en ASNEF por cuestiones menores como estas y no pueden hacer nada por evitarlo.

Las consecuencias de estar en ASNEF

Estar incluido en ASNEF es por tanto una losa que resulta conveniente intentar quitarse de encima cuanto antes. Lo mejor que se puede hacer en estos casos es intentar eliminar nuestros datos de este fichero.

Suele tratarse de un proceso complejo, en el que la empresa con la que se tiene la deuda sólo se mostrará colaboradora si primero se acepta pagar lo que se debe, y aun así, no siempre es seguro que no vaya a quedar rastro alguno de nuestros datos en los ficheros de ASNEF.

No todo el mundo podrá conseguirlo, pero no por ello, hay que renunciar a intentar encontrar vías de financiación alternativas. A pesar de la facilidad con la que nuestro nombre puede incluirse –una mínima infracción basta- no todas las deudas que significaron la inclusión en ASNEF tienen la misma consideración para las compañías crediticias,

Así pues, la inclusión en ASNEF puede ser un problema de mayor o menor calado dependiendo del origen y cuantía de la deuda por la que se ha tramitado el expediente.

Si se debió a dejar de pagar una factura de la luz o el teléfono, no debe acarrear mayores dificultades siempre que no se trate de cantidades excesivamente elevadas (normalmente se aceptan las peticiones de financiación de aquellos cuyas deudas no sobrepasan los 500 euros).

El problema se encuentra en el caso de que la deuda tenga un origen financiero. Dejar de pagar un recibo de la hipoteca, haber dejado un descubierto en una tarjeta de crédito o no haber devuelto una cuota de un minicrédito es motivo más que suficiente para que veamos como nuestras peticiones de financiación son automáticamente denegadas, sin importar la cuantía de la deuda, incluso por aquellas entidades que se anuncian ofreciendo financiación a personas incluidas en ASNEF.

De cualquier modo, hay que tener en cuenta que las empresas financieras son plenamente conscientes de ésta situación, y por lo tanto, suelen tomar este dato como uno más dentro de su estudio. La solvencia demostrable de una persona suele ser, en muchos casos, un factor de mayor peso que su inclusión en ASNEF, especialmente si como hemos dicho, ésta inclusión se debe a motivos menores.

Si os encontráis dados de alta en la base de datos de ASNEF y necesitáis financiación para salir de algún apuro económico podéis solicitar préstamos con ASNEF para obtener dinero urgente y sin muchos papeleos.

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