La ARMH confirma el hallazgo de los restos de una madre y su hijo en la fosa del cementerio de Villafranca

Trabajos de la ARMH Para buscar los restos de Vicenta López y Jesús Camuñas. César Sánchez / ICAL

V. Silván / Ical

“Me siento feliz, como si estuviera flotando, muy contenta”, confiesa Milagros Camuñas, tras conocer que todas la evidencias apuntan a que los dos cuerpos hallados en la fosa abierta en el cementerio de Villafranca del Bierzo (León) pertenecen a su madre, Vicenta López, y a su hermano, Jesús Camuñas, ambos asesinados a tiros el 28 de octubre de 1948 por haber cobijado en su casa de Castiñeiras (Balboa) a varios guerrilleros antifranquistas que el día anterior habían sostenido un tiroteo con la Guardia Civil, en el que había perdido la vida un agente.

Tras localizar ayer los primeros restos, los trabajos arqueológicos de la mañana de este sábado confirmaban que pertenecía a una mujer y había un nuevo cuerpo, un hombre. El arqueólogo de la ARMH, René Pacheco, explicó que localizaron el brazo del primer cuerpo y que siguieron para intentar localizar el cráneo, que le permite determinar que se trata de una mujer. “Al dirigirnos hacia la zona del cráneo apareció una bala en el cuello, que coincidía con la información de la autopsia que se había practicado al cuerpo en 1948, que señalaba que tenía un disparo en el cuello”, apostilló.

Esa evidencia serviría para afirma que se trata de Vicenta López y continuar con la excavación para localizar, justo debajo de ella, tal como recogía el acta de enterramiento, los restos de un hombre. Los dos fueron enterrados boca arriba y en el mismo sentido y, destacó Pacheco, los restos están muy bien conservados y la fosa “está intacta”, a pesar de los panteones construidos alrededor y encima de ese enterramiento.

“Están los dos cuerpos, vamos a poder hacer los análisis que corresponden y ahora, saber ya que hay dos cuerpos, uno encima del otro, de una mujer y de un hombre. Está claro que hemos dado con la fosa”, explicó René Pacheco, que fue quien esta mañana anunció a Milagros, acompañada por su hija y su nieta, que habían encontrado también los restos de su hermano. “Soñaba con ver la cabeza de mi madre, estaba segura que la recordaría, con esos dientitos tan bonitos que tenía”, confiesa Milagros, que este sábado ponía fin a tantos años de búsqueda.

Ella asegura tener muchos recuerdos de su madre, a pesar de contar con sólo diez años cuando la vio por última vez. “Son cosas que tengo grabadas y mi madre era una mujer impresionante, sabía cocinar de maravilla y cuando los vecinos tenían que majar o segar siempre contaban con ella”, cuenta Milagros que, aunque ahora vive en Barcelona, está decidida a dar una sepultura digna a sus seres queridos en este mismo cementerio de Villafranca y tener siempre un motivo para volver a su tierra.

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