SEO/BirdLife estudia los desplazamientos de 32 aves que portan emisores en Castilla y León

ICAL Cigüeña blanca con el emisor instalado. Fotografía cedida Javier de la Puente-SEOBirdLife.

J. Benito Iglesias/ ICAL

Conocer los desplazamientos, rutas migratorias, áreas de invernada y movimientos dispersivos de numerosas especies de aves presentes en España, varias de ellas en Castilla y León, ya no es obstáculo. El Programa Migra promovido por SEO/BirdLife estudia desde 2011 las aventuras viajeras de 32 aves que portan emisores que han sido colocados por varios expertos en la Comunidad y que, cuando logran ser capturadas, revelan secretos antes muy bien guardados.

El objetivo del colectivo conservacionista se centra en conocer los avatares de la migración mediante la particular 'mochila' en forma de emisor que portan a cuestas ejemplares de siete especies que han sido marcadas previamente en varios puntos de Castilla y León. En concreto de milano real, águila calzada, cigüeña blanca, tórtola europea, carraca europea, vencejo común y abejarruco común.

Así, mediante las señales que transmiten las aves emisoras -13 de ellas marcadas en 2015- se puede conocer sus desplazamientos a lo largo de todo el año. El trabajo de la organización promotora de la iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Iberdrola España, lo han llevado a cabo ornitólogos, investigadores, agentes ambientales y técnicos de la administración.

En el caso del milano real se se han marcado 14 aves en Ávila, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, gracias a la colaboración de Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León y Aepma SL y en 2016 se van a marcar más. Dos protagonistas de esta especie son, por un lado 'Pinarejos', un joven que recorrió miles de kilómetros en su primer año de vida y que regresó a Segovia de sus viajes por el Norte de Europa, y por otro lado 'Tera', un individuo reproductor pero también migrador muy viajero.

Además, en la especie de águila calzada se han marcado cuatro ejemplares en Ávila y León. La más singular es 'Onzina', a la que se colocó un emisor en León en 2013 que aún sigue funcionando, eso sí tras pasar tres invernadas en Burkina Faso, y que vuelve año tras año a su territorio leonés. En el caso de la cigüeña blanca se marcaron dos adultos y dos pollos en León gracias a la colaboración de la organización suiza 'Storch Schweiz'. Los dos adultos, 'Alba' y 'Porma', invernaban en el sur de España y la segunda murió tiroteada en febrero de 2016.

En cuanto a la tórtola europea se marcaron dos aves en Ávila gracias a la colaboración del Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación (Magrama) y se está a punto de conocer por primera vez en España dónde pasa exactamene el invierno esta especie. Una de las aves murió antes de comenzar la migración, posiblemente cazada y la otra viajó hasta el sur del desierto de Mauritania y murió poco antes de llegar a la zona de invernada.

Problemas de transmisión

Asimismo, de carraca europea se marcó un ave en Segovia pero dejó de emitir señales antes de empezar la migración por causas desconocidas. Finalmente, también se marcaron vencejos comunes en León y Abejarucos en Ávila con geolocalizadores, aunque finalmente no fue posible recapturar ningún ejemplar por lo que no se tiene información de sus viajes.

En 2015, SEO/BirdLife confirmó que colocó emisores en un centenar de aves en Castilla y León, Andalucía, Aragón, Cantabria, Galicia, Madrid y País Vasco. Los distintos ejemplares han estado volando por España, Europa o África y desvelarán con todo detalle por dónde se mueven. En los próximos meses se seguirá descubriendo los secretos de la migración de las aves gracias a estos individuos marcados para conocer y ayudar a conservar mejor las especies protegidas.

A través de los dispositivos de seguimiento remoto se sabe que en los últimos años los vencejos comunes invernan en Congo, Kenia y Tanzania y tardan entre dos y tres meses en llegar a la zona elegida en un viaje de unos 10.000 kilómetros. Mientras tanto, también en el caso de especies que pasan por Castilla y León, las tórtolas europeas migran por la noche y realizan varias paradas de larga duración en áreas agrícolas de Marruecos que pueden ser importantes para su conservación. Asimismo, algunos milanos reales que crían en España se desplazan en invierno a varios cientos de kilómetros de sus nidos.

En 2015 se ha continuado el marcaje empezado en 2011 y las aves más grandes como milanos reales y cigüeñas tienen dispositivos que llevan GPS, y más pequeños como vencejos cuentan con geolocalizadores de tan solo 0,6 gramos de peso. Por primera vez se han marcado en la Comunidad a carracas europeas y tórtolas europeas con emisores satélite.

“La información obtenida es imprescindible para intentar salvar las aves, al ser preciso saber dónde y en qué hábitats pasan cada época del año las distintas especies y así determinar cuáles son las amenazas que puedan ponerlas en peligro”, según comenta Ana Bermejo, coordinadora del programa Migra de SEO/BirdLife. Los dispositivos de seguimiento se disponen sobre el ave como si de una mochila se tratase y están diseñados de tal modo que, pasado un tiempo prudencial, se desprenden solos y de forma segura para el ave.

Ayuda imprescindible

“Van recogiendo la información sobre la posición del ave que la porta, fundamental para conocer y conservar las especies, información que hasta tiempos muy recientes ni siquiera imaginábamos que pudiéramos conseguir”, agrega En su opinión, se ha iniciado una nueva era en el estudio del movimiento de las aves, “donde los individuos marcados, como en las películas de ciencia ficción, hacen las veces de espías para que se puedan conocer todos los detalles de dónde viven y por dónde se mueven”

En este trabajo ha resultado fundamental el apoyo de numerosos colaboradores en las diferentes áreas geográficas. Más de un centenar de ornitólogos, grupos locales de SEO/BirdLife, agentes ambientales o forestales y técnicos de la administración han ayudado en el control y búsqueda de los ejemplares en la naturaleza, así como en la preparación del trabajo de campo para asegurar el éxito en la captura y marcaje de las aves. “Sin duda su ayuda no se habría podido trabajar en zonas tan distantes entre sí y con especies tan diferentes”, concluye Ana Bermejo.

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