Cinco hayedos para perderse este otoño en la provincia de León

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lasendadelhayedo.com / M.C.

Se acaba el buen tiempo de un verano largo, que entrado el otoño ha seguido regalando días soleados y calurosos. Los días se hacen más cortos, pero nuestras ganas de salir a descubrir y disfrutar de la belleza de nuestra provincia no tienen por qué haber disminuido con ellos. Y, es que, nunca se deja de conocer la tierra cuando se aprende a apreciar el encanto que nos regala la madre naturaleza, los sonidos de esta estación que llena de colores y contrastes los mantos de los bosques y de la montaña.

Por este motivo, convirtiéndose en un plan sano y muy económico, cualquier excusa es buena para abandonar la ciudad, ponerse un calzado deportivo adecuado y dejarse llevar por algún sendero, siempre con la precaución necesaria y en compañía de alguien.

Con estas cuatro rutas, desde iLeon.com os ofrecemos las claves para disfrutar de los rincones más bellos de nuestra provincia, cuatro excursiones para cuatro jornadas muy intensas que no dejarán a nadie indiferente:

1. La magia del hayedo de la Boyariza. La Boyariza es uno de los más fantásticos faedos de la provincia. De extensión comedida pero profundamente intenso y lleno de recovecos, es un hayedo de gran valor ecológico y paisajístico, muy recomendable en épocas de otoño y finales de primavera.

Las calizas emergen de las copas de los árboles, afiladas, como crestas de seres extintos, formando un marco muy único por donde se desenvuelve en algunas épocas del año el gran mamífero de la cordillera: el Oso Pardo. Lobos, rebecos, corzos y fauna menuda cantábrica completan los habitantes de estos montes también usados por la ganadería local.

El hayedo de la Boyariza.

Un camino va ascendiendo paralelo al reguero de la Boyariza hasta Collarriondo, paso que une este valle con los pastos, foces y de nuevo, faedos, del Palanco. Un lugar al que no le falta nada, y que nos llevará a Geras directamente o bien nos seguirá ascendiendo hasta los límites de la comarca con Luna / L.luna.

Pero merece la pena conocer un rincón de La Boyariza imperceptible desde el camino: la Foz de Meleros. Para ello habrá que cruzar el reguero y encontrar una senda que va paralela al reguero sumergida en un túnel de vegetación (avellanos y hayas). El final es un encuentro repentino con la pared caliza y un salto de agua, que puede sobrepasarse mediante una escalera de hierro fija habilitada para ello.

2. Un hayedo escondido en La Ruta de San Guillermo. El otoño también está para pensar, para reflexionar, y por qué no hacerlo mientras realizas una caminata. En la provincia hay infinidad de paseos por los que merece la pena perderse durante unos minutos, pero si decides visitar Cistierna, sin duda la más recomendable es La Ruta de San Guillermo.

El gusto de respirar el silencio, y el olor de la tierra mojada convierten el esfuerzo de una subida empinada, de más de 100 metros de desnivel (1.070 metros), en un remanso de paz en la cima, interrumpida sólo por la visita de algún ciervo despistado.

En esta bonita y sencilla ruta situada en la Montaña Oriental Leonesa también hay un desvío indicado hacia el corazón de un hayedo. Sin abandonar Cistierna, se puede hacer una parada en El Museo del Ferrocarril. No hay que olvidar probar el dulce típico de la zona, los Lazos de San Guillermo.

3. Donde la faya y el roble se encuentran: el faedo de Orzonaga. El faedo o hayedo, en castellano, de este pueblo quizás sea uno de los situados más al sur de la cordillera en su parte leonesa.

Fresco y con buenos ejemplares, situado en la parte norte del valle que comunica con Llombera, es una visita obligada para el aficionado naturalista. Es un faedo no muy extenso pero de gran belleza, como todos los conjuntos de esta especie. El corzo es un habitual entre sus hojas, siendo fácil oírle o avistarle en primavera.

El hayedo de Orzonaga. Imagen de lasendadelhayedo.com

La caliza aflora en este tramo mientras vamos descendiendo en dirección a la collada Gudina, la cual separa los terrenos de Orzonaga con los de Llombera, donde, por cierto, este hayedo se prolonga. Sin mucha pérdida y siguiendo el senderín en todo momento llegamos a la pista principal que comunica las dos poblaciones.

Desde este punto y descendiendo al lugar de partida podemos ir contemplando todo el hayedo que hemos recorrido así como su extensión. En el fondo del valle corre un reguerín el cual hace que crezca abundante vegetación de ribera así como pastos y praderas naturales.

4. Más bosques de hayas en el entorno de Cabonera. Existe una ruta señalizada que surca buena parte de las foces, puertos y faedos de la margen izquierda del río Casares. Es la ruta de los Puertos de Verano, la cual podemos comenzar en Cabornera.

El tramo entre Paradilla y Geras nos brinda varias puertas de entrada a estos escondidos bosques a través de varios puentes nos internan en variadas foces como Fozafuente o Foceltorno.

Foceltorno es el último puente antes de dar con el pueblo de Geras. Siguiendo la calzada empedrada se llega cómodamente y siguiendo el curso del arroyo al imponente bosque de La Boyariza.

5. Paseando por el hayedo del Faedo de Ciñera. El Faedo de Ciñera de Gordón. El Hayedo de Ciñera de Gordón, conocido como 'el Faedo', destaca entre los 17 parajes españoles más bonitos para realizar senderismo.

Así lo defiende el buscador de vuelos Skyscanner, que recuerda que, además, obtuvo el premio al Bosque Mejor Cuidado de España en 2007.

Su inquilino más popular, es un haya que ronda los cinco siglos de vida y que ha sido incluido entre los 100 elegidos del libro 'Árboles, leyendas vivas'. Recibe el nombre de 'Fagus'. La ruta para apreciarlo es de 2 kilómetros, aunque puede completarse con un recorrido de 11 kilómetros, el antiguo camino que hacían los trabajadores para llegar hasta la mina.

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