8 de marzo: “Yo paro contra la desigualdad y discriminación de las mujeres”

De izquierda a derecha: Lucía, Carmen y Silvia, tres mujeres que se sumarán a la huelga feminista del 8 de marzo.

Alba Mañanes

“Si nosotras paramos, se para el mundo”. Bajo este lema, miles de mujeres españolas se sumarán de alguna u otra forma a la huelga feminista, de cuidados, de consumo y laboral, o secundarán los paros programados para este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para alzar la voz contra la desigualdad y la discriminación que todavía sufre más de mitad de la población.

Tres de ellas son Carmen, Lucía y Silvia. Estas tres leonesas, de distintas generaciones, participarán en la primera huelga convocada en España en la que las únicas que están llamadas a parar son las mujeres. En iLeon.com analizamos con ellas esta jornada reivindicativa, sus razones para sumarse a la movilización, el movimiento feminista y sus demandas a la sociedad y a las administraciones.

El acoso sexual, la violencia machista, la cosificación de las mujeres, la brecha salarial, el desigual reparto de las tareas domésticas o la mayor dificultad para acceder a puestos de responsabilidad son algunos de problemas a los que se enfrentan todas ellas, pese a que las separan más de 40 años. Por eso, Carmen, de 66 años, Lucía de 23 y Silvia de 20 también comparten reivindicaciones y un mismo objetivo final, acabar con la discriminación e invisibilización.

Yo paro y éstas son mis razones

Carmen asegura que se sumará a la huelga porque en este momento el feminismo “tiene que dar una respuesta contundente a todas las discriminaciones contra las mujeres, a todas las violencias que se comente contra nosotras. Es un momento internacionalmente va a tener repercusión y pretende que a ver si de una vez por todas tenemos igualdad en el trato y en los derechos”.

Además, añade que en su caso personal también quiere protestar y reclamar la erradicación de las violencias machistas, los malos tratos y las agresiones sexuales. “Mi razón personal es esa, pero en resumen me sumo por la igualdad y la no discriminación hacia las mujeres”.

Nos inculcan desde muy pequeñas el patriarcado, ese que nos hace crecer sintiéndonos menos que ellos

Silvia, que estudia Biología en la Universidad de León, no irá a clase este 8 de marzo y asegura que su principal motivo es lograr una educación en igualdad. “Nos inculcan desde muy pequeñas el patriarcado, ese que nos hace crecer sintiéndonos menos que ellos, aspirar a cosas totalmente diferentes. Nos enseñan que nuestra aspiración en la vida como mujeres es encontrar un príncipe azul y formar una familia como punto culmen en la vida, mientras que a los hombres les dejan desarrollarse de muchas otras formas trabajo o vida laboral”, recalca.

Yo me sumo a la huelga porque en muchos casos, pese a estar en pleno siglo XXI las mujeres seguimos relegadas al ámbito público, asegura Lucía, de 20 años y estudiante de segundo curso de Bachillerato. “Tenemos las mujeres tenernos que ser transversales, no sujetos pasivos y reivindicar una educación pública, laica y feminista, también acabar con la lgtfobia. Es necesario hacerlo desde la educación, como base de la sociedad, con una coeducación en igualdad de valores, que no relegue a las mujeres a quedarse en el ámbito privado y acabar también desde la educación con la brecha salarial y el 'techo de cristal' que impide a muchas mujeres ostentar puestos de responsabilidad”.

En España, de media, una mujer cobra un 13% menos que un hombre por cada hora de trabajo. Tomando como referencia los salarios anuales, el sueldo medio de las mujeres es de 20.052 euros mientras que el de los hombres asciende a 25.993 euros. Además, prácticamente el 75% de los contratos a tiempo parcial están firmados por mujeres.

A otras mujeres: que investiguen en ellas mismas

Aunque es complicado hacer una previsión del seguimiento de la huelga, tanto a nivel nacional como en el caso de la provincia de León, Carmen anima a todas las mujeres, que en la medida de sus posibilidades, se sumen al paro, ya sea de consumo, de cuidados o laboral o que, si no pueden hacerlo, estén atentas a los medios de comunicación y a las reivindicaciones desde los sectores feministas.

Además, les pide que “investiguen en ellas mismas todas las discriminaciones y problemas que han tenido como mujeres, desde muchas de ellas no poder estudiar, trabajar, conducir, no poder salir ellas solas y muchas veces no pueden salir solar. Tienen coartada la libertad y eso lo tienen que reconocer”.

A este mismo respecto, afirma que no tienen por qué hacerlo sólo por ellas “tenemos hijas y nietas que no tienen que soportar esta discriminación que tenemos ahora. Si no lo hacen por ellas, que lo hagan por las futuras generaciones porque si paramos nosotras, se para el mundo”, añade.

El rechazo desde algunos sectores a esta huelga y a todos los actos previstos para el 8 de marzo Silvia lo achaca a que el término ha sido “diabolizado” en muchos casos lo que provoca que mucha gente tenga rechazo al movimiento feminista. A estas personas, hombres y también mujeres esta estudiante universitaria les pide que se paren y miren lo que se vive día a día.

Normalizamos el acoso a diario, tenemos asimilado que cuando volemos solas a casa vamos a pasar miedo, y a pesar de eso no lo cuentas porque es algo de tu día a día y crees que tienes que vivir con ello

“En el caso de las jóvenes, normalizamos el acoso a diario, tenemos asimilado que cuando volemos solas a casa vamos a pasar miedo, y a pesar de eso no lo cuentas porque es algo de tu día a día y crees que tienes que vivir con ello, aunque no es cierto. Lo sufrimos por el mero hecho de ser mujeres”. Además, precisa “yo les digo a otras mujeres que nos solidaricemos con nosotras compañeras, hijas, amigas, es muy importante, no podemos permitir que estas cosas sigan pasando”.

Los avances: ya no estamos tan solas

A pesar de estas críticas y de que aún sean muchas las desigualdades de género, Carmen también quiere reconocer que se han producido avances muy significativos en los últimos años en temas de igualdad. Cada vez se habla más de feminismo como un movimiento que quiere cambiar las cosas y cada vez hay más mujeres jóvenes que participan de este movimiento. “Ya no estamos tan solas como hace años”, dice.

Un ejemplo de este cambio, según explica Carmen, puede verse en la movilización de apoyo a la mujer víctima de una violación múltiple en San Fermín, tanto con concentraciones en distintas ciudades españolas como a través de redes sociales, para demostrarle que no está sola. “Esta mujer, pese a todos los problemas y lo angustioso de su situación, tuvo mucho respaldo por parte de otras mujeres. Sabemos que tiene razón. Sabemos que es verdad porque a todas nos ha pasado”, asegura.

Lo mismo ocurre, agrega, como movimientos como el de 'Mee Too', contra los abusos sexuales en Hollywoow, que suponen un gran altavoz para la causa feminista. “Esto hace que el movimiento confluya ahora mismo en una reivindicación y en una voz unitaria en todo el mundo”.

Carmen insiste en que las mujeres “estamos rompiendo ese miedo” y que las denuncias públicas y las personas contando su discriminación y los problemas a los que han tenido que enfrentarse por ser mujeres son muy positivos. “Se han comenzado a verbalizar los abusos, que siempre han existido, pero cada vez se alza más la voz, porque estamos viendo que hay gente detrás que nos apoya, ya no estamos solas”.

Lucía también se muestra a favor de este tipo de campañas, aunque cree que es importante “dar un paso más allá”. “No tenemos que quedarnos únicamente en la foto, si no hacer algo más, porque es un problema de todas y que nos puede pasar en cualquier momento”, en referencia al acoso.

En lo que respecta a los ataques a los colectivos feministas desde diversos sectores Lucía considera que se debe a que parte de la sociedad no quiere que se produzcan cambios. “Está claro que para que nosotras ganemos nuestros derechos, los que nos merecemos, ellos no pueden quedarse donde están, si no que los hombres tienen que perder ciertos privilegios que ellos tienen, entonces eso siempre les genera cierta inquietud. Hay que ser valente para decir estos derechos te pertenecen”.

A las administraciones: más conciencia del problema

En cuanto a las administraciones, tanto Carmen, Lucía como Silvia lo tienen claro: piden al Gobierno y a las autoridades locales provinciales y autonómicas concienciación, que se den cuenta del problema, como primer paso para encontrar una solución y que comiencen a tomar medidas en pro de la igualdad real y para eliminar la discriminación, tanto a nivel laboral como en el caso de acabar con la violancia machista. El año pasado, recuerda Carmen, se presenaron 42.689 denuncias por violencia de género y 45 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, también ocho mejores.

Muestra de esa inacción para Lucía fue la respuesta del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando le preguntaron por la brecha salarial y respondió “No nos metamos en eso”. Para esta estudiante de segundo de Bachillerato, “el Gobierno nunca se ha preocupado por la situación de las mujeres, sólo ha dado largas”. Por eso le pide que “se cumpla el pacto de Estado contra la violencia machista y tomar conciencia en la educación, donde se recrean los roles machistas”.

Que cambien las leyes, si no la violencia contra las mujeres no va a terminar

Carmen va más allá y reclama, además de que “se lo tomen en serio, porque esto no es ninguna broma”, que ponga en marcha más servicios públicos, como guarderías y residencias de ancianos, para lograr una igualdad real, también que se equiparen las bajas de maternidad y paternidad y que éstas sean intransferibles. De esta forma lograr que el acceso al mercado laboral sea más justo y no discrimine a las mujeres por el mero hecho de serlo. “Que cambien las leyes, si no la violencia contra las mujeres no va a terminar”, agrega.

“Tiene que dejar de ser habitual que cuando vayas a una entrevista de trabajo te pregunten si piensas ser madre”, añade Lucía, algo que no es legal, pero que muchas mujeres aseguran haber sufrido. “Tiene que penalizarse también a las empresas que tienen este tipo de comportamientos”, asegura.

La huelga: un punto de inflexión

Este 8 de marzo puede convertirse en un punto de inflexión y lograr que las reivindicaciones y desigualdades que las mujeres siguen sufriendo a día de hoy comiencen a cambiar. El movimiento feminista está más vivo que nunca y ya son muchos los colectivos y personalizados que han decidido alzar la voz este 8 de marzo.

Como un punto de inflexión, así se toma Lucía esta jornada. “Yo la concibo como un punto de inflexión para que tanto hombres como mujeres, que están alienadas, tomen conciencia y formen parte del debate de esta desigualdad que afecta a las mujeres”.

Para Carmen se trata de un día importante porque es la primera vez en España que la huelga feminista está convocada legalmente y las mujeres tienen derecho a ella. “Que todo el mundo tome conciencia de los trabajos que hacemos las mujeres, si nos paramos, se para el mundo”.

Silvia también reconoce la importancia de esta protesta global y pionera, pero afirma que no es fin, si no el comienzo de todo y quiere “que no se quede ahí”. “El objetivo final es acabar con la discriminación, visibilizar a las mujeres, concienciar a mucha gente que no se había percatado de muchos aspectos. Pero que a partir de aquí todas y todos a trabajar por construir una sociedad con un sistema diferente en el que todos nos sintamos incluidos y trate a todos por igual”, concuye.

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