Fernando Tejerina: “Faltan programas vigorosos para retener y atraer talento y ganar grados en internacionalización”

Rubén Cacho/Ical. El investigador Fernando Tejerina, Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica 2013

S. Gallo/Ical

Fernando Tejerina García (Sorriba del Esla, León, 1942), ha sido profesor de las universidades de Valencia, la Autónoma de Barcelona y Valladolid y ha desempeñado diversos cargos académicos. En la actualidad, el Premio Castilla y León 2013 de Investigación Científica y Técnica es miembro del Consejo Rector del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de los patronatos de diversas fundaciones, así como de diferentes sociedades científicas. Resalta que la I+D+i genera riqueza y bienestar, además de que supone una barrera contra el desempleo, al tiempo que insta a las personas a formarse, ya que la formación permite a los ciudadanos ser libres y tener criterios propios.

¿Qué supone para usted recibir el Premio Castilla y León a la Investigación Científica y Técnica

Me ha generado una alegría muy intensa que debo compartir con todo mi entorno, el familiar fundamentalmente. Además, quiero tener un recuerdo emocionado para mis padres y mi esposa, pero también para el entorno académico universitario, puesto que ha contribuido en mi trayectoria vital, tanto desde donde se encuentran mis raíces, en la provincia de León, como luego en la Universidad de Valladolid, en Valencia o en la Autónoma de Barcelona. Es un reconocimiento que es de justicia que comparta con todos los que hemos colaborado en actividades de docencia.

El jurado aludió a su “impecable trayectoria humana, docente e investigadora”

Cualquiera que sea la actividad que desarrolla una persona, siempre se vuelca y se transmite algo más que el ejercicio de esa profesión, porque se trata de una forma de estar, una forma de comunicarse con los demás, una forma de compartir y de colaborar y ponerse en la situación de los demás. El componente humano es un valor adicional pero es una gran generosidad por parte del jurado, y a todos ellos quiero expresarles mi respeto y mi gratitud.

¿En qué momento se encuentra la investigación

Las actividades de I+D+i son una piedra angular de la economía del conocimiento y desde hace un siglo el apoyo a la investigación, el desarrollo y la innovación han constituido un papel importante en los países gubernamentalmente más desarrollados. Hay que tener en cuenta que las actividades de I+D+i generan riqueza y bienestar, activan el empleo y suponen una barrera para el desempleo. Por eso se considera que la inversión en esta materia es una inversión social, y para que sea eficiente, tiene que estar soportada por educación y formación en las mejores condiciones.

¿Son conscientes de ello los gobiernos?

Hay conciencia de que es muy necesario, pero las circunstancias han obligado a unas limitaciones que han conducido a una situación delicada del sistema de ciencia y tecnología en España como consecuencia de la crisis económica. Es deseable que esto se recupere y que la inversión en educación y en actividades en I+D+i sea estable y que no experimente los vaivenes de las crisis económicas. De hecho, hay países que consideran que, en época de crisis, la educación y la investigación y la innovación no deben resentirse, porque son el motor del progreso y del futuro.

¿Es España un país relevante en materia investigadora

Los datos de producción científica española en 2012 serán públicos en los próximos días, pero los últimos datos disponibles indican que hasta 2011 la participación española era algo superior al tres por ciento, alrededor de la décima potencia en el mundo en este aspecto, cuando en el año 2000 era del 2,2 por ciento. Hay que tener en cuenta también que la inversión media por investigador en España supone algo menos del 60 por ciento que la de un investigador en Alemania, lo que quiere decir que los investigadores españoles son muy eficientes.

En los últimos años son muchos los 'talentos' españoles que han salido al extranjero. ¿Se tendrá que arrepentir España de ello?

Lo que hay que hacer son programas vigorosos para retener el talento que hay en las universidades españolas, porque muchos terminan sus estudios de licenciatura o máster, pero también se hace necesario intentar captar talento extranjero desde el punto de vista de estudiantes e investigadores para ir ganando grados en la internacionalización. La materia básica es el talento y el conocimiento, y eso es lo que hay que cultivar. El conocimiento es un bien social que hay que poner a disposición de la sociedad mediante su difusión, y para ello hay que tener talento formado y con motivación para que transforme ese conocimiento en bienestar común.

Sin embargo, en muchas ocasiones el exilio de los estudiantes y profesionales es obligado dada la situación económica y laboral en España

Hay estudiantes que en ocasiones optan por las oportunidades que tienen fuera, pero en otros casos se produce un exilio forzoso, y cuando eso se produce como consecuencia de la falta de oportunidades, significa que hay un problema. En ese éxodo hay muchos profesionales, incluso doctores y personas ya muy formadas, lo que supone una pérdida triple de capacidad creadora, de producción científica y capacidad innovadora, por eso hay que desarrollar iniciativas y programas para recuperar a esas personas y aportar talento al sistema, que significa innovación y entendimiento.

Y todo ello pese a que el número de titulados es mayor que hace años

La formación, cuanto mayor sea, supone mayor resistencia al desempleo. Entre los titulados universitarios, el desempleo es del orden del 14 por ciento, que es muy alto, más del doble que en otros países de la Unión Europea, pero es mucho más bajo que el de las personas de menor formación. La formación es una especie de barrera al desempleo. La mejor inversión de una sociedad es la que se hace en educación, formación, innovación y desarrollo, que son el futuro. Un repaso fugaz a la historia de la humanidad pone de manifiesto la importancia del conocimiento en el desarrollo de las sociedades. Las civilizaciones que han destacado en el mundo basaron su progreso en la educación, en la ampliación del conocimiento y su aplicación, en el caso de Grecia, del desarrollo de la facultad de pensar.

¿Tiene la sensación de que esa facultad de pensar se está perdiendo para dar paso a la rutina y a cierta indiferencia?

Una de las finalidades de la universidad es desarrollar la capacidad de pensar, de análisis y de crítica, con el fin de poder formar a ciudadanos libres y que tengan criterio propio, que serán quienes mejor servicio puedan prestar a la sociedad.

¿En qué está trabajando en la actualidad?

Estoy centrado fundamentalmente en proyectos internacionales de asuntos generales políticos, universitarios y científicos. Uno de los que tiene ahora más relevancia es la Secretaría Técnica del III Encuentro Internacional de Rectores, que tendrá lugar el próximo mes de julio en Río de Janeiro (Brasil), y en el que está previsto que participen 1.300 rectores de los cinco continentes. Es un encuentro que ya ha dado sus primeros pasos a través de la Red, con ponencias y debates, que tendrán su expresión en Río de Janeiro. De ahí se sacarán las conclusiones que orientarán a las universidades a lo largo de los próximos años.

Según los primeros indicios de los que habla, ¿hay que hacer muchos cambios en las universidades españolas?

España tiene unas universidades con un nivel extraordinario en general, y prueba de ellos es que nuestros estudiantes Erasmus son muy reconocidos, porque sus conocimientos superan a los de los países a los que viajan como becarios. También hay grupos de investigación de excelencia y reconocimiento mundial, así como titulaciones de gran prestigio. Creo que todo es como consecuencia de la entrega, de la preparación de los profesores e investigadores españoles y del esfuerzo que hace la sociedad para ir aportando recursos a este fin.

¿La situación económica se está convirtiendo en un lastre en ese sentido?

Hay que elevar los recursos, porque la inversión en educación superior es un poco más baja del 0,9 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que la media de la Unión Europea está en el 1,2 por ciento. En Castilla y León se ha hecho esfuerzo por apoyar a las universidades y también en materia investigadora, de manera que es una de las comunidades autónomas que más porcentaje del PIB dedica a esta materia, aunque también haya flaqueado en los últimos ejercicios.

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