La peña Atlética Reino de León disfrutó a tope de la Copa del Rey

Atlético-Barça

Deportes Ileon.com

La emoción se apodera del nutrido grupo de aficionados que esperan impacientes al autobús que no llega. Se hace de rogar, pero finalmente aparece. Para que cincuenta y cuatro valientes aficionados, no sólo del Atlético de Madrid, sino también del F.C. Barcelona y algún que otro merengue que ejerce de sufrido acompañante se suban ipso facto no sin algún que otro recuento extra.

Nos esperan más de cuatro horas de viaje hasta nuestro destino, el Estadio Vicente Calderón. Saliendo de León, en el autobús de la Peña Atlética Reino de León solo se escuchan susurros entre las personas que ya se conocen con anterioridad, pero con el paso de los kilómetros, las conversaciones se van animando ya en la parada para reponer fuerzas, los aficionados dan rienda suelta a sus pronósticos arriesgándose a decir a nuestros micrófonos resultados y goleadores.

Afrontamos el último tramo de viaje hasta Madrid en un ambiente mucho más animado que con el que arrancamos de León. Nos llama la atención la diversidad del grupo: adolescentes hablando de cómo van a asistir a clase al día siguiente, trabajadores que han adelantado su hora de salida a cambio de alguna hora extra, algún que otro jubilado, y una amplia representación de estudiantes internacionales de la Universidad de León que han llegado a nuestra ciudad desde México, Escocia, República Checa o Hungría... pero a pesar de sus diferentes orígenes, todos tienen una afición en común: El Fútbol.

Atravesamos Guadarrama, los nervios comienzan a estar presentes en algunos de los viajeros cuando a lo lejos podemos divisar lo que estaba en la mente de muchos, un impresionante atasco nos espera en los kilómetros finales. Por suerte, la organización del viaje contaba con ello y aún son las siete. Faltan dos horas para el comienzo del partido cuando ya podemos divisar el Palacio Real a lo lejos. Poco a poco, o metro a metro si pensamos como el Cholo Simeone, nos vamos acercando a nuestro destino. Entramos en el túnel de la M3O con la ilusión de ver, al final del mismo, las luces que iluminarán nuestros mejores noventa minutos del día. Y por fin llegamos. Nuestra avanzadilla se llama Juan, ha salido antes que el autobús en su coche para recoger las entradas y que a nuestra llegada todo esté preparado.

Nos bajamos del autobús, un grupo de aficionados del Atlético disfrutan de su pre partido en un bar cercano a la luz de varias bengalas, cantando para calentar sus gargantas de cara al partido que afrontan como una final. Nuestros amigos de la Peña Atlética se dirigen a su acceso, el número __ , la puerta que les llevará a la gloria o a la decepción dependiendo del resultado de sus ídolos.

EL PARTIDO

Dicen en el mundo del fútbol que el público es el jugador número 12, pero la afición del Atlético es diferente. Sus cantos no cesan desde mucho tiempo antes del inicio del partido, y no se había cumplido el minuto dos cuando Fernando Torres adelantaba a los rojiblancos en el marcados. La grada enloquece y la idea de otra noche épica para el equipo del Manzanares planea sobre el césped, el grito de ¡Si se puede!¡Si se puede! hace temblar literalmente el suelo bajo nuestros pies y pone el

vello de punta a todos los presentes.

Aún celebraba la afición colchonera el tanto de El Niño que les hacia soñar, cuando un gol de Neymar ponía las tablas en el marcador. Comenzaba un nuevo partido, y el Calderón volvía a rugir para llevar a su equipo en volandas hacia la remontada.Apretaba el Atlético y el equipo de Luis Enrique se defendía como gato panza arriba hasta que Juanfran sacó un penalti que fue muy protestado por los jugadores azulgranas. Raúl García no falló y volvía a adelantar al equipo del Cholo Simeone por delante en el marcador. Un gol que hacia volar a un Vicente Calderón abarrotado hacia un estado de éxtasis colectivo del que el ambiente te hace participe sin que te des cuenta.

Los miembros de la Peña Atlética Reino de León están exultantes ante el segundo gol de su equipo pero una acción desafortunada

de Miranda les devuelve a la realidad con un gol en propia meta ante el que Oblak nada puede hace y que supone el empate a dos en el luminoso. La recta final de la primera parte se presenta más que emocionante, la afición del equipo local acude al rescate de sus jugadores y anima sin cesar.

El juego se centra en el área visitante y los jugadores rojiblancos reclaman mano en una acción en la que el colegiado no aprecia nada, el equipo culé sale al contraataque y Neymar, por segunda vez en la noche, perfora la portería del Atlético de Madrid. Un caldero de agua fría que enciende los ánimos de la hinchada local que clama contra el trio arbitral cuando este indica el camino de los vestuarios.

Tiempo de abrir las mochilas. Una demostración de gastronomía leonesa se extiende ante nuestros ojos: bocadillos de jamón, cecina, tortilla, chorizo, lomo, queso y algún que otro sándwich comienzan a aparecer entre las manos de nuestros peñistas, es el broche de oro a una primera parte de un espectáculo futbolístico para el recuerdo. Los ánimos colchoneros retoman el pulso para la segunda parte. La afición está convencida de que la remontada es posible desafiando a las leyes de la lógica. ¡¡Es el Atleti y somos capaces de todo!! se puede escuchar entre la gente, dando paso a un cantar mas castizo y animoso como es el ¡¡échale huevos!!¡¡Atleti échale huevos!! Sin embargo, la segunda parte no dio para mucho. Dominio total del F.C.Barcelona salvo una acción aislada de Cani que hizo que Ter Stegen pusiera de manifiesto que ha llegado al Barsa para luchar por la titularidad con una parada a mano cambiada espectacular.

EL REGRESO

Acaba el partido, el F.C. Barcelona se ha clasificado para semifinales de la Copa del Rey apeando a su rival de hoy, el Atlético de Madrid, en un partido con una primera parte emocionante y una segunda parte con mucho menos aliciente del esperado, pero el grupo abandona el estadio con caras de satisfacción y la sensación de haber disfrutado de dos de los mejores equipos del futbol actual. El Vicente Calderón se queda sin las cincuenta y cinco mil almas que han asistido al partido, y sin las 54 gargantas llegadas desde León que han animado incesantemente a los jugadores.

Nos esperan cuatro horas de regreso que prometen ser en el más estricto silencio. El resultado no acompaña y mañana toca madrugar. Cincuenta y cuatro valientes acudirán a sus compromisos con una sonrisa que les delatará. Una vez más el deporte nos demuestra como aficionados de diferentes equipos se hermanan en pro del buen rollo y el disfrute de una experiencia que muchos prometen repetir.

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