Un Ironman en la retina del leonés Gilberto Suárez para siempre

El leonés Gilberto Suárez entrando en la meta del Iron Man de Zurich, que completó en 11 horas y 55 minutos.

Marta Cuervo

“Comienzo el agua con 3.800 metros por delante, y después de 1 hora y 2 minutos salgo en una posición 120 del total. Me encuentro cómodo y hago la transición a bicicleta, otro de mis sectores favoritos. Los primeros 30 kilómetros siento buenas sensaciones; a partir de ahí cambia el estado de mis piernas y me siento muy cansado hasta el kilómetro 90. Me adelanta bastante gente, pero pienso que tengo que comer bien y beber, y vuelven las buenas sensaciones. En la segunda vuelta de 90 kilómetros adelantó a muchos de los que antes me pasaron a mí, consiguiendo un tiempo de 5 horas y 45minutos, 180 kilómetros muy duros con rampas de hasta del 16%.

Me bajo de la bicicleta y me encuentro vacío, mis piernas no van. Me cambio para correr, calcetines nuevos y zapatillas. Me siento dos minutos analizando la situación y me digo para mí, 'ahora, amigo mío, vas a tener que sacar la raza leonesa y con cabeza, ir recorriendo kilómetro a kilómetro hasta el final'. Para ello me dividí la maratón en 4 partes de 10 kilómetros, más los dos últimos que no contaban porque el cuerpo me llevaría solo a la llegada. En los primeros kilómetros sacó un gel de maillot y me lo tomo con un poco de agua y una pastilla de sal. Cumplo el kilómetro 15 y me da un amago de calambre en el isqui izquierdo. Voy a coger las sales que guardé en el maillot después de comer la primera, y no están, se me debieron de caer al guardarlas, y ahí supe que el día iba a ser muy largo.

Siguiente el avituallamiento y me tomo un isotónico para suplir las sales en pastilla, como algo y sigo. Llego a la media maratón, un subidón recorre mi cabeza, pero mis piernas ya piden clemencia. Hay que seguir. Comienzo la tercera parte del 20 al 30, me hidrato, como fruta en los avituallamientos y me vengo arriba. Fluyo esos 10 kilómetros y aún sufriendo no va a más, es soportable.

Llego a la cuarta parte de la maratón, y nuevo bajón estrepitoso, pero no lo puedo aceptar y sigo. Las piernas dicen: 'para por favor'; mi cabeza les contesta: 'queda poco amigas, sé que van a ser los10 kilómetros más duros que habéis hecho, pero entre todos vamos a cumplir un sueño'. Kilómetro 39 y mi cabeza revoluciona el cuerpo, la adrenalina se dispara, la meta está ahí. Kilómetro 41, me ponen una nueva pulsera –como en cada vuelta- y me dicen: 'es tuyo, enhorabuena'. No me lo creo y entro por la alfombra roja disfrutando de cada último paso, hasta que oigo: 'Gilberto Suárez, you are an ironman'. Cruzo el arco de meta y la felicidad es plena. Sueño concluido y reto superado“.

Gilberto Suárez, 'you are an ironman'

3,86 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y otros 42,2 de carrera a pie. El leonés Gilberto Suárez es ya uno de los nombres que se pueden escribir dentro del grupo de los atletas que han superado la prueba más exigente del triatlón.

Tras su participación en el Ironman de Zurich, el pasado 30 de julio, el deportista asegura que aunque se trata del primero, no será último. “Una vez pasado el Iroman, la sensación de cansancio y desajuste corporal es muy importante, ya que después de 11 horas y 45 minutos en intensidad máxima el cuerpo orgánicamente se resiente y hay que volver a la calma poco a poco”, reconoce, asegurando que al cruzar la meta, la primera sensación fue la de quitarse una presión de encima consigo mismo muy grande, y la segunda de superación ante cualquier adversidad o reto: “Por más grande que sea, no lo es lo suficiente como para no sobreponerse y seguir”.

Gilberto decidió participar en esta carrera porque quería ponerse a prueba y hacerlo justo en uno de los Ironman más importantes de Europa. “Porque era Suiza donde empezarían mis vacaciones, y un sitio genial para empezarlas, además. También por los circuitos, me gustaba que la natación fuera en un lago, la bici fuera dura pero por parajes espectaculares de bonitos y la carrera por Zúrich, también preciosa”, reconoce.

Y así, con un tiempo de 11 horas y 45minutos, en una posición 540 de 1800, el 140 de su categoría, logró su objetivo de bajar de 12 horas. “Para mí la prueba más dura, sin duda, es la carrera. Por varios motivos, pero el principal es porque es el último sector, es decir, el último deporte que se hace, y después de180 kilómetros en las piernas no funcionan para enfrentarse a una maratón, pero la cabeza en este sector es fundamental. Buena planificación alimenticia y mejor hidratación me hicieron llegar a meta”, explica, apuntando que es vital realizarse una prueba de esfuerzo en la cual realizan al deportista un estudio completo de su forma física y de la respuesta de su cuerpo ante ejercicio físico importante.

Siempre a más: “No hay gloria sin sufrimiento”

A pesar del esfuerzo, Gilberto en ningún momento pensó en abandonar. “Solo una causa de fuerza mayor me llevaría a abandonar, aunque a veces los dolores son insoportables, pero no era una opción. Seguir y seguir hasta el final, no hay gloria sin sufrimiento. Y para mí cruzar esa meta me supo a gloria”, apunta orgulloso.

Gilberto Suárez, you are an ironman. Cruzo el arco de meta y la felicidad es plena. Sueño concluido y reto superado

A sus cuarenta años, Gilberto ha dedicado un año de planificación total a este Ironman. Según el leonés, en la preparación, tanto alimenticia como física, hay que ser muy disciplinado ya que las lesiones o desgana pueden aparecer en cualquier momento. “Pero hay que atacarlas cuanto antes para seguir entrenando y seguir luchando por tu objetivo, independientemente de los obstáculos”, añade.

Gilberto empezó a hacer triatlón hace tres años, por la distancia más corta. Gracias a su esfuerzo y tenacidad, siguió avanzando en distancias olímpicas y luego realizó la media distancia (equivalente a la mitad de un Ironman). Hace un año y medio, por la cabeza de este leonés rondaba la idea de esta distancia colosal, la del Ironman, y para ello se puso manos a la obra con una organización muy rigurosa y mucha mucha disciplina. Su historia hoy es un modelo de superación, el claro ejemplo de que querer es poder, y el reflejo de la majestuosidad de una mente y un cuerpo unidos por una meta memorable. Sin lugar a dudas, Gilberto Suárez, es un 'hombre de acero'.

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