La rotonda con piscina en un pueblo de León causa admiración nacional
Una rotonda con piscina. Basta esta real descripción para entender la admiración que está causando el llamativo caso de una rotonda ubicada en las inmediaciones de la localidad leonesa de Villar de Omaña (Ayuntamiento de Riello) en cuyo angosto interior existe una piscina en toda regla perfectamente vallada y que en verano utilizan algunos de los escasos habitantes y visitantes de este pequeño pueblo leonés, que apenas cuenta con 30 vecinos estables durante el año.
El viaje hacia la comarca leonesa de Omaña, a su paso esta localidad, muestra la insólita imagen de esta piscina, pequeña pero perfectamente equipada, con su escalera de acceso y todo y perfectamente adoquinada en el exterior. Algo normal si no fuera porque detrás de la valla que la protege se sitúa la rotonda de la carretera general de acceso al pueblo y que es usada como tal por cada vehículo que se dirige a Villar de Omaña. En el entorno de este espacio de recreo acuático se observa que la carretera ha sido arreglada no hace muchos años y se aprecia que la piscina también ha tenido un mantenimiento constante.
El hecho de que ahora cobre protagonismo este insólita imágen se debe, en parte, a una publicación del blog Puertos de León, que se la 'encontró' en un recorrido turístico por la comarca, que ha sido también aireada por la web Idealista.com. Y si no ha trascendido antes es por la poca afluencia que tiene esta recóndita localidad, una de los 40 pueblos que suma por sí solo el municipio de Riello, y que en todo el término municipal ni siquiera supera ya los 700 vecinos.
En busca de una explicación, iLeon.com ha contactado con Manuel Rodríguez, el alcalde del Ayuntamiento de Riello al que pertenece la pequeña localidad. Y este opina que “en realidad no hay tal piscina” y por eso no entiende que este llamativo lugar esté alcanzando repercusión nacional. “Cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo... pero bueno, está bien que hablen de esta zona”, se resigna.
En realidad, explica, no se trata de una piscina, aunque “le hayan puesto una escalera para facilitar su limpieza”. “Era un antiguo pilón, un abrevadero, que estaba fatal y se arregló hace ya muchos años, yo lo he conocido así”, matiza. Pero no para piscina, “porque el agua está helada y además no hay niños en este pueblo”. En realidad, el lugar sirve desde entonces “para que los vecinos tengan un sitio de donde coger agua para regar los huertos y donde llenar la cuba en caso de incendio, forestal o de alguna casa. Punto”. Pero la rueda mediática ya ha crecido demasiado.
