Controversia por el diseño y ubicación de una base estable para deportes náuticos en el pantano leonés del Porma

Embarcadero en desuso en la zona de Valdehuesa, en el embalse del Porma.

Redacción ILEÓN

La Montaña Central de León se juega parte de su futuro a la baza turística, lúdica y deportiva, y esa tensión se está trasladando a no pocos proyectos, como ocurre por ejemplo con el desarrollo fuera de la temporada de nieve de la estación de esquí de San Isidro, en el municipio de Puebla de Lillo.

Aguas abajo del otro gran recurso de la comarca, el pantano del Porma, se ha convertido también en epicentro de una controversia a costa del  el diseño, la versatilidad y la posible ubicación de una infraestructura estable para la práctica de deportes náuticos en esta imponente masa de agua.

La situación se está tensionando justo ahora y desde 2022, cuando echó a andar la Asociación para el Desarrollo Sostenible de la Montaña del Porma, que ha proyectado e insiste en defender la construcción de una base náutica en la zona de Lodares del pantano. Conllevaría una inversión estimada en prácticamente 1,3 millones de euros (1.282.474 en concreto).

Sus miembros, que llevan varias reuniones con los alcaldes de la comarca, también Puebla de Lillo y el pequeño municipio de Reyero, pero sobre todo con la cabecera de Boñar, en cuya demarcación se sitúa el pantano del Porma, ven llegado el momento de solicitar por la mayor parte de esa cuantía subvenciones europeas, bien de recuperación o bien de los fondos para antiguas cuencas mineras.

Sin embargo, reprochan que el equipo de Gobierno de Boñar, con el alcalde socialista Pepe Villa a la cabeza, y en minoría, está dispuesto como mucho a plantear un proyecto de 900.000 euros para otro punto del pantano, en las proximidades del pueblo de Valdehuesa, donde radica otro recurso turístico importante como es el Museo de la Fauna Salvaje (Mufasa), en el convencimiento de aunar esfuerzos en una zona. En este punto ya hace años que existe un embarcadero que lleva mucho tiempo en desuso ya.

La asociación no duda en calificar de “chapuza” la cerrazón de Boñar, convencidos de que “servirá única y exclusivamente los meses de verano, con una construcción pequeña enfocada a ser un chiringuito”, mientras su apuesta “está enfocada a que durante todo el año se pueda mover el turismo por el pantano”, de modo que “se pueda desestacionalizar el turismo en la zona”. “La base náutica o se hace o no se hace, pero no se puede partir porque entonces no será nada”, se quejan.

Dos diseños, al detalle

El diseño de su proyecto más ambicioso, que busca reflejarse en el éxito que ya han consolidado otros puntos como el pantano de Boñar, cuenta con 58 aparcamientos al lado de la carretera general en el eje que sube a la estación de esquí de San Isidro, edificación polivalente con locales para empresas de deportes empresas náuticos, aseos, vestuarios, áreas de administración, un bar restaurante abierto todo el año, una rampa hormigonada para botadura y pantalanes con pasarela deslizante que se mueve si va bajando el agua.

De momento, el Ayuntamiento de Boñar ha dado el visto bueno a la petición de ayudas en base a una adaptación de la memoria inicial, amparado en decisiones técnicas de la empresa Instituto de Restauración y Medio Ambiente (Irma). El Pleno municipal aprobó esta misma semana el del pantano como uno de los dos proyectos se pedirán formalmente para subvención al Instituto de Transición Justa: por un lado, 1.325.528 euros la rehabilitación y reconvertir las antiguas escuelas en centro de innovación social y otros 847.000 para el desarrollo turístico del embalse. Este reparto salió adelante con el apoyo de PSOE e Izquierda Unida y la abstención del PP.

La idea municipal ahora es repartir las nuevas infraestructuras entre Valdehuesa y Lodares: en la primera, un aparcamiento con 120 plazas, zona de servicios y miradores y una rampa de acceso al agua del pantano, mientras en la segunda el aparcamiento tendría 26 espacios, juegos y equipamiento, una playa en hierba y otra rampa de acceso al agua. 

Otro intento que protagonizó la Asociación para el Desarrollo Sostenible de la Montaña del Porma fue una idea inicial por que fuera una mancomunidad de nueva creación entre los tres municipios la que tirara del proyecto y solicitara y gestionara las posibles subvenciones, de modo que repartieran la carga económica si hiciera falta aportación extra desde los tres municipios. Pero Boñar prefiere el protagonismo, aún a costa de plantearse con unas condiciones que la asociación no comparte.

La asociación le recuerda al equipo de Gobierno que está a tiempo de “rectificar, que es de sabios”, tras reunirse con los grupos de la oposición, e instando a que reine “el diálogo y el consenso”.

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