La Universidad de Oviedo expulsa a alumnos que llegan a cuarto con pocos aprobados
La Universidad de Oviedo ha comenzado a notificar la expulsión de alumnos que no han superado el mínimo de créditos exigido por el Reglamento de Permanencia para pasar de tercero a cuarto. Todos aquellos estudiantes que no hayan aprobado asignaturas que sumen 90 créditos y, además, de esos 90 créditos, al menos, 48 sean del primer curso, no podrán continuar estudiando la misma carrera. Podrán cambiar de grado o incluso de Universidad, pero no seguir matriculados en las mismas condiciones en Oviedo. La normativa, aprobada en 2010 por el Consejo Social y publicada en el BOPA en enero de 2011, se está aplicando por primera vez este año. Al no tener carácter retroactivo, solo afecta a los universitarios que se matricularon después de su entrada en vigor, que son los que en septiembre deberían empezar cuarto.
Los perjudicados están preparando recursos de alzada a título individual, pero también están organizando una respuesta conjunta. Estudian llevar a la Universidad a los tribunales. Entre otros aspectos, acusan a la administración universitaria de permitir matrículas con menos créditos de los necesarios para llegar a cuarto, por lo que estaba cobrando a alguien que iba a expulsar al curso siguiente. El colectivo reclama una moratoria de, al menos, un año para buscar una solución conjunta.
El polémico Reglamento de Permanencia ha creado más de un quebradero de cabeza a la Universidad de Oviedo. El primero llegó con las convocatorias. El Consejo Social decidió identificar matrícula y convocatoria, así que cada vez que un estudiante se inscribía en una asignatura agotaba una convocatoria, aunque no se presentase. La presión de los estudiantes y del propio rectorado, que no comulgaba con la medida, logró que el consejo, este mismo año, modificara el artículo. Ahora los problemas aparecen en el siguiente peldaño, en los artículos 1.1 y 1.2 que regulan la permanencia de los estudiantes a tiempo completo y a tiempo parcial y que afectan a todos aquellos que llevan ya tres años matriculados.
Situación y expectativas
El problema comenzó a analizarse a lo largo del último curso. En enero, el número de posibles afectados rondaba los 2.000, aunque esas cifras eran oficiosas y no oficiales. Esos 2.000 se repartían entre los estudiantes que estaban en el alambre, es decir, aquellos que tenían que aprobar un gran número de asignaturas para cumplir el mínimo de créditos pero que aún podían conseguirlo, y también aquellos para los que ya era imposible seguir porque ni siquiera se habían matriculado de suficientes materias para sumar los 90 créditos.
