Los ecohuertos sociales municipales estrenan un gran invernadero

Invernadero Villaquilambre

prensa Ayuntamiento de Villaquilambre

Un gran invernadero de 380 metros cuadrados dará servicio a los veinte ecohuertos sociales municipales de Villaquilambre, además de servir también a los empleados del servicio municipal de Jardines. Lo han llevado a cabo los nueve alumnos y alumnas y los dos monitores del Programa Dual de Formación y Empleo “Ecoterra II”, que han terminado ya su trabajo en el municipio, “cumpliendo sobradamente con las tareas que se les había encomendado”, según valora el concejal de Hacienda, Medio Ambiente y Desarrollo Económico, Manuel Mitadiel.

El invernadero se suma a las demás instalaciones del Aula de la Naturaleza, que cuenta ya, además de con el edificio de formación y los veinte ecohuertos, con semillero, caseta de herramientas, almacén, valla perimetral, depósitos de compost, etcétera. “Creo que la iniciativa está funcionando muy bien y cumpliendo el papel social con el que nació”, señala el concejal, quien recuerda que los huertos se pueden ampliar en cualquier momento, en función de la demanda. Se adjudican a personas que lleven al menos un año en paro y estén empadronadas en el municipio, reservando uno de ellos para formación escolar.

La finca, llamada Las Baragañas, en Villaobispo de las Regueras, tiene un total de 25.000 metros cuadrados y se encuentra al lado del río Torío. Cada huerto tiene sesenta metros cuadrados y cuenta con sistema de riego. Los hortelanos también tienen a su disposición ayuda técnica, talleres teóricos y prácticos sobre agricultura ecológica y gestión, ambiental, medios para fabricar compost y reciclar los desechos orgánicos, etcétera. Tienen un sistema de organización en concejos y hacenderas. Su contrato es anual y se renueva por un máximo de diez años, pasados los cuales el titular, si lo desea, puede volver a incorporarse a la lista de espera.

Es, en suma, “un espacio multifuncional donde la actividad productiva, dirigida al autoconsumo, pueda coexistir con las actividades de carácter social, lúdico y educativo, que refuerce la idea de comunidad, la convivencia y solidaridad entre vecinos, la relación intergeneracional y el compromiso con la naturaleza y los problemas medioambientales ”, señala Manuel Mitadiel, que define el proyecto como una iniciativa social y una experiencia innovadora que, “además de facilitar alimentación y ocio a personas en situación de desempleo, marca una línea de actuación, filosofía y respuesta a la actual crisis económica”.

Mitadiel destaca también el trabajo de los alumnos y formadores del Programa Dual que, al tiempo que se han formado como auxiliares en viveros, jardines y centros de jardinería, “les debemos que este proyecto sea una realidad” y a quienes desea “que la cualificación obtenida se convierta en un puesto de trabajo”. El programa, que ha contado con la colaboración del Servicio de Empleo de Castilla y León, el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Trabajo e Inmigración y ha dispuesto de una subvención de algo más de 50.000 euros.

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