Raquel Gago deja atrás a Fermín Guerrero y confía su libertad a un experto ex juez

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Años después de confiar en él y permitir defender su inocencia en el asesinato de la presidenta del PP y la Diputación de León, Isabel Carrasco, la ex policía municipal Raquel Gago ha decidido dejar atrás al abogado Fermín Guerrero y ha decidido acometer la última ofensiva judicial posible para salir de prisión arropada ahora por un experto jurista, Santiago Torres, el mismo magistrado que se hizo famoso, entre otros casos, por el que encerró a Jesus Gil, y que hoy tiene su propio despacho de abogados en Madrid.

Según publica hoy El País en un extenso artículo, Torres ya se ha encargado de formalizar el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional bajo el argumento de que el duro veredicto del jurado popular que fue el principio del fin de Gago adolece de numerosas contradicciones que da por buenas suposiciones a su entender no demostradas para acabar concluyendo con la dura pena de 14 años de prisión por complicidad en el crimen de Carrasco y tenencia ilícita de armas, que la mantiene en prisión desde el pasado 21 de diciembre.

Hasta ese momento, el letrado murciano Fermín Guerrero había sido su defensor a ultranza en todas las fases judiciales y desde el principio, con una importante proximidad a la acusada. No dejó de serlo ni por la sucesión de condenas primero en la Audiencia Provincial y posteriormente en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y en el Tribunal Supremo, que fueron una sucesión de ratificaciones de las peores condenas posibles.

La 'espantada' nunca aclarada

Ni siquiera su sonadísima 'espantada' en medio del mediático juicio, desapareciendo sin dejar rastro y sin dar nunca explicaciones y llegando a amenazar la misma continuidad del proceso judicial, puso en duda a Guerrero ante los ojos de la acusada, que siguió apostando por él de manera sistemática, incluso contra la opinión de algunas voces de su entorno. Aquel serio incidente apenas se saldó con una multa de 1.000 euros. Hasta sus últimas declaraciones en excusiva a La Nueva Crónica ratificaban su trabajo del abogado, que frecuentó León de una manera sistemática y algo frívola a raíz de este caso.

Objetivo: las “pruebas indirectas” ante el Constitucional

Pero ante la última esperanza judicial de que su dura condena pueda suavizarse de alguna manera, es Santiago Torres es que asume ahora toda la responsabilidad. Convencido de que parte de la instrucción, del veredicto y de las posteriores sentencias adolecen de cuestiones muy discutibles, especilamente por lo que se refiere a “pruebas indirectas”.

“Las pruebas indirectas sirven para condenar a una persona cuando son unívocas, cuando no hay otra posibilidad de que no haya cometido el crimen”, dice Torres a El País. “Si haber tomado un té con Triana en casa —la madre estaba en el salón— y estar en la calle en el momento en que la hija aparece con el bolso demuestra que Raquel participó en el asesinato, cualquiera podría estar ahora en la cárcel”. Y afirma el ex juez que la agente fue condenada por asesinato sin ninguna prueba directa.

Tal y como también lo interpretó el juez del caso, Carlos Álvarez, que adoptó en su momento la sorprendente decisión de rebajar de absolverla del asesinato a pesar del veredicto del jurado popular, así como la de mantener a Raquel Gago la situación de libertad bajo fianza hasta que ya no hubo más remedio.

La rutina en prisión mientras está “muriendo en vida”

En su extenso artículo de hoy, El País resume algunas de las respuestas que Raquel Gago ha dado al periodista Manuel Jabois a través de un cuestionario, y en las que insiste en la dureza de su situación personal en prisión: “Me estoy muriendo en vida”.

Mientras ayuda en el módulo de Enfermería de la prisión, hace bicicleta estática en el gimnasio del centro penitenciario y acude regularmente a un taller de maquetación, donde trabaja con madera, algo similiar a su afición de restauración que mantuco incluso aquel fatídico 12 de mayo de 2014, día en que la madre de su amiga Triana Martínez asesinó de tres tiros por la espalda a Carrasco, el día en que su amiga la dejó en la parte trasera de su coche aquella arma homicida que aseguró encontrar 24 horas después.

¿No se arrepiente de eso? “No me puedo arrepentir de eso”, dice Gago al periodista de El País, “porque fue algo involuntario, algo que hice sin ser consciente de lo que significaba. En mi cabeza sólo existía el hecho de que no me podía creer lo que había pasado, que no podía haber sucedido, que no podía ser cierto”.

El bagaje del ex juez Torres

De momento, el recurso al Constitucional está pendiente incluso de ser admitido o no. Hay mucho trabajo por delante para Santiago Torres, palentino de nacimiento, que fue juez en Marbella en los tiempos de la más dura corrupción y que protagonizó algunos sonados casos nacionales también contra el narcotráfico, hasta colgar la toga en 2013 para dedicarse a la abogacía desde su propia firma, Torres & Oliva Legal Advisory, en la que él y su trayectoria es el principal reclamo.

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